El 13 de agosto Fidel Castro cumple 80 años. José Luis Rodríguez Zapatero, el amigo de la Venezuela de Chávez, de la Bolivia de Evo, del Líbano de Hezbolá o de la Palestina de Hamas, desea al dictador comunista una pronta recuperación. Sin más. Castro podría estar muerto, intubado o como temen muchos, a la espera de descubrir traidores a la causa y tomar nuevas represalias. Nadie lo sabe. Pero el presidente del Gobierno de España y los miembros de su gabinete, tan progres ellos, tan por la paz cósmica y el bienestar de la Humanidad, es decir, por el bien de la sexta fortuna del mundo según la revista Forbes, le envían su aliento y deseos de mejora.
Andan todos los Zapateros y los Zerolos del mundo –a los que, por cierto, el dictador cubano fusilaría– con el alma en vilo. Castro, el abuelito de Elián González, el niño balsero, y de la progresía del caviar y la rosa, que suspira por él, está enfermo. Para ellos, los centenares de miles de presos por pensar distinto, los asesinatos, el terrorismo de Estado, el estado de terror policial, no son suficientes. Cuarenta y siete años de dictadura comunista son realmente pocos. Hace falta ser un facha de la peor calaña, como Condolezza Rice, para desear a los cubanos el restablecimiento de la democracia y de la libertad. La jefa de la diplomacia estadounidense ha anunciado que tienen preparada ayuda humanitaria para el pueblo cubano y pide que no se vayan de la isla para alentar un "cambio positivo". ¡Fascistas!
Mientras tanto, Zapatero, en la humilde morada de La Mareta, de vuelta ya del finde gratis total en Londres para toda la parentela, ha dejado bien clarito antes de su reclusión vacacional que sólo quiere que el abuelito Fidel se ponga bueno. Lógico, el jefe del Ejecutivo que tanto luchó contra Franco que no fue ni a una manifestación y promotor de la Ley de Memoria Histórica que repare el sufrimiento por el fusilamiento en 1936 de su abuelo, masón y republicano, desea enviar su felicitación personal al abuelito de los progres.
Fidel tiene quien le cante y le baile el agua: los demócratas de toda la vida como Zapatero y sus titiriteros. No importa que, como Víctor Manuel, cantaran a "ese gran hombre" que no era Fidel sino Franco. No. Faltan las de las rosas blancas sobrecogedoras del presupuescazo que deben de estar descansando de tanto trabajo y no han apoyado todavía a Pablo Milanés en su pública felicitación a "Fidel querido". Pero les ha llegado el momento: titiriteros del mundo, uníos. Zapatero, Chávez, Evo, Rafsanyani, Haniya, todos, titiriteros incluidos, al cumple del abuelito.